¿Podrían los ácidos grasos omega-6 ayudarnos a vivir más tiempo?

Una nueva investigación de Finlandia apoya la idea de que una dieta rica en ácidos grasos omega-6 puede protegernos de la muerte prematura.

Científicos de la Universidad de Finlandia Oriental analizaron los datos de un estudio que siguió a casi 2.500 hombres durante más de 20 años.

Se reveló que los niveles sanguíneos más altos del ácido linoleico ácido graso omega-6 estaban relacionados con un menor riesgo de muerte y muerte por enfermedad cardiovascular.

"El ácido linoleico", afirma el primer autor Jyrki Virtanen, profesor adjunto de epidemiología nutricional, "es el ácido graso omega-6 poliinsaturado más común".

Él y sus colegas informan sus hallazgos en The American Journal of Clinical Nutrition .

Los ácidos grasos Omega-6 son un grupo de ácidos grasos poliinsaturados que están presentes en alimentos a base de plantas tales como aceites vegetales, semillas, nueces, frijoles y granos.

Obtienen su nombre del hecho de que su primer doble enlace se produce en el sexto enlace de carbono-carbono contando desde el extremo metilo (CH3) de su cadena principal de hidrocarbono.

El debate sobre los beneficios de omega-6
Actualmente hay mucho debate sobre los beneficios para la salud de los ácidos grasos omega-6. Aunque son ampliamente elogiados por su efecto sobre los niveles de colesterol , han sido criticados porque se cree que también pueden causar daño, como la inflamación de bajo nivel , que se asocia con enfermedades cardiovasculares.

La razón detrás de este pensamiento radica en el hecho de que nuestros cuerpos convierten el ácido linoleico dietético en otro ácido graso omega-6 llamado ácido araquidónico, que, a su vez, se utiliza para fabricar ciertos compuestos proinflamatorios.

A diferencia del ácido linoleico, los niveles sanguíneos de ácido araquidónico no dependen de la dieta.

Sin embargo, la idea de que una dieta rica en ácidos grasos omega-6, como el ácido linoleico, aumenta el riesgo de enfermedades al promover la inflamación, ignora el hecho de que los ácidos grasos omega-6 también promueven los compuestos antiinflamatorios.

El Prof. Virtanen y sus colegas sugieren que la controversia pone de relieve el tipo de problemas que surgen cuando los científicos se centran únicamente en los vínculos entre la dieta y el riesgo de enfermedad.

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